sábado, 16 de febrero de 2013

FOREVER ALONE?




¿Qué pasa en Lima, que una mujer de "mediana edad" soltera hasta el momento por que le dio la gana, no puede encontrar o tropezarse con un hombre interesante??  Si quiero ir a bailar, tengo que buscar con lupa un lugar que no esté plagado de chiquillos o de atorrantes....Dios!! Tengo mi cofradía de mujeres (chicas) solas ya sea por divorcio, viudez, soltería u otros que todos los fines de semana nos preguntamos... ¿a dónde podemos ir a divertirnos?? 
Dónde se encuentra uno con un tipo de 45 a más que no esté buscando chiquillas tetonas con quienes lucirse así no tengan ni michi de qué hablar con ellas? 

El asunto generacional se nota mejor cuando tienes una hija que te dice "ay mamá....si te gusta el pata anda y háblale (o llámalo) pues, ¿qué tiene?”
No pues...a las mujeres de mi época nos llamaban....y nos quedábamos días de días al lado del teléfono (porque estaban pegados a la pared jaja) esperando que el huevo frito se dignara marcar nuestro número y hacernos feliz. ¿Qué tontería no? ¿Porqué no podemos salir de mongas de una vez por todas y agarrar e invitar al pata que nos gusta a tomar un café, trago o whatever??? O es que eso ya se hace? Plop entonces.
Es que una mujer de mediana edad, medianamente guapa, inteligente e interesante está condenada a quedarse sola en esta ciudad? Parece que sí. Bueno pues, ellos se lo pierden.
¿Qué dicen ustedes, compañeras de sábado en la noche viendo Saturday Night Live por cable o en el peor de los casos un programete horrorosos en la TV peruana?
Ayudaaaaa!!!!

domingo, 3 de febrero de 2013

Fue sólo hace treinta años...


Y pareciera que nos hemos olvidado. No sólo son los jóvenes que no recuerdan o a los que se les ocultó (y oculta) la historia de aquellos años 80 y parte de los 90 en que como se dice y escribe últimamente "sufrimos la demencia terrorista en el Perú", ni son solamente aquellos que no habían siquiera nacido y han vivido como si nunca sucediera..somos todos los que sí lo vivimos, que sufrimos con las muertes indiscriminadas ( y otras muchas selectivas), que pasábamos los días temiendo que nos estallara al lado un coche bomba o que la luz se fuera otra vez como casi todas las semanas y hubiera que estudiar, comer, vivir a la luz de las velas. ¿Qué sucede que ya no nos cuidamos, que ya no sospechamos, que entregamos libremente información privada que en esos años no se publicaba ni siquiera en las guías telefónicas para que no pudiéramos ser encontrados, identificados o localizados?
No sé si por mi paranoia adquirida por esos años o mi instinto agudo de supervivencia que aún cambio mis rutas de y hacia mi casa, trabajo o cualquier lugar y si veo un paquete sin dueño o un automóvil desconocido estacionado cerca a mi casa siento hormigueos en la espina dorsal y sospecho. He tratado últimamamente de no poner mucha información en las redes sociales sobre mi paradero, por ejemplo, hasta que ya estoy de regreso y me estoy amarrando los dedos para dejar de colgar fotografías inmediatas porque, señoras y señores...nos estamos descuidando mucho en lo que concierne a nuestra seguridad y la de nuestras familias y eso no es bueno. Seguimos mirando a otro lado y haciéndonos los desentendidos de una realidad que nos puede devorar nuevamente y es la casi silenciosa y subterránea red que grupos radicales pro senderistas están tejiendo mientras nosotros colocamos en Facebook que hoy tenemos una reunión a tal o cual hora en tal o cual restaurante.
El estado está tratando de capturar, prohibir, encarcelar a los integrantes de estos grupos como el Movadef, pero no siento que estén haciendo suficiente, pues las redes y los jóvenes se mueven más rápido y su mensaje está siendo difundido hace mucho en las universidades y eso no lo pueden detener con leyes.
Entonces estemos atentos y empecemos a ser más cautos y más suspicaces, no dejemos que nos vuelvan a agarrar desprevenidos. Cuidémonos.